Imagen del mes - febrero

El etnólogo Carlos Andrés Incháustegui Díaz nació hace 100 años en Barrios Altos, un barrio muy antiguo de la ciudad de Lima, el 4 de febrero de 1924. De niño vivió en Chincha Alta, al sur de Lima, y por el cariño que le guardaba a esa ciudad, le gustaba decir que ahí había nacido. Fue el mayor de cinco hermanos. De muy joven fue vendedor ambulante y junto con uno de sus hermanos recorrió parte de la Sierra del Perú, lo cual le permitió conocer numerosas comunidades indígenas del centro del país. Fue militante del partido nacionalista Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), cuyo líder era Víctor Raúl Haya de la Torre. Cuando el antropólogo Luis Valcárcel se enteró de sus experiencias con las comunidades indígenas del Perú, le sugirió estudiar Etnología, carrera que estudió y casi concluyó, en el Instituto de Etnología de la Universidad Mayor de San Marcos en Lima, donde fue compañero de generación del escritor y antropólogo José María Arguedas. Pero, gracias a una beca Rockefeller que otorgaban el INAH y la ENAH para estudiantes de toda América Latina, partió rumbo a México y comenzó, otra vez, la carrera de Etnología pero ahora en la Escuela de Antropología en 1948. Sus maestros fueron Paul Kirchhoff, Wigberto Jiménez Moreno, Barbro Dahlgren, Ricardo Pozas, Johanna Faulhaber y Ada D’Aloja, entre otros renombrados antropólogos. Terminó sus estudios en 1953. Obtuvo su título con la tesis Cambio cultural en Huautla de Jiménez, Oaxaca. Un centro coordinador indigenista en la Sierra mazateca, en 1967.

Trabajó con Ricardo Pozas en el pueblo de Tecomaltepec, Estado de México, y en 1954 ingresó al INI como investigador y casi de inmediato lo enviaron a la ciudad de Oaxaca.  Se quedó en el Centro Coordinador de Tlaxiaco y recorrió la Mixteca Alta. Trabajó con Julio de la Fuente, de quien reconocía que aprendió mucho de antropología. El INI lo comisionó a los Altos de Chiapas, donde se reencontró con Ricardo Pozas. En abril de 1960 fundó el Subcentro Coordinador Indigenista en Huautla de Jiménez, Oaxaca, para atender los problemas de los mazatecos de la Sierra, además el Subcentro dependería del Centro de Papaloapan y debía apoyar en la resolución de los problemas que surgieran en el reacomodo de la población por la construcción de la Presa Miguel Alemán. En Huautla fundó cuatro asociaciones autónomas de productores de café y en su recorrido por la Sierra localizó 18 escuelas con grandes carencias, y para subsanarlas, compraba pizarrones, gises y cuadernos al mayoreo en la ciudad de Puebla. Además fundó la Secundaria en esa misma comunidad, donde él impartía clases junto con varios trabajadores del INI, como el médico, el encargado de la sección de educación, y otros. También fue Director del Centro Coordinador Indigenista Nahua-Tlapaneco de Tlapa, Guerrero (1969-1971), y Director fundador de dos Centros Coordinadores Indigenistas más:  el Nahua-totonaco de Zacapoaxtla, Puebla (1972), y el Totonaco de Papantla, Veracruz (1972-1973).

Además de trabajar en el INI, realizó otros proyectos para diferentes dependencias mexicanas: fue investigador del proyecto El Rosal, para el gobierno del Estado de México (1973-1974); curador del Museo Regional de Puebla-Tlaxcala, INAH (1976-1978); investigador del Centro de Ecodesarrollo, CONACYT (1979-1982), en donde, junto con Ronald Knight, ecólogo, Alejandro Toledo y Juan Zapata, sociólogo, se independizaron y fundaron un Bufete de Estudio Sociales, en el cual se desempeñó como investigador de Sistemas y Proyectos, A.C., (1982-1984); fue jefe del Departamento de Estudios y Proyectos de la SEP, DGCP, (1984-1985). Además hizo investigación para el DIF Tabasco (1985-1986); para el Instituto de Cultura de Tabasco (1987-1988); para el IV Comité de CONALMEX para la UNESCO (1988-1999); para el Instituto Nacional Indigenista en Tabasco (1990-1993); y para la Academia Mexicana de Derechos Humanos fue Coordinador del Proyecto: Impartición de Justicia en comunidades indígenas en el estado de Puebla (2000).

Sus actividades docentes consistieron en el entrenamiento de promotores bilingües para el trabajo en las comunidades de Huautla de Jiménez y Temascal, Oaxaca, (1958-1966). Para el personal del Instituto de Cultura de Tabasco impartió los cursos: Sistema de conferencias continuas a nivel popular e Introducción a la Antropología (1986-1988), y el Curso de Materia Antropológica al personal de la Secretaría de Turismo de Villahermosa (1988).

Entre su nutrida producción, están las siguientes publicaciones: Inversión y respuesta social (s/f); Magdalena Peñasco (inédito); Supay, El Diablo (cuento peruano) (1953); con P. Barreda: Alfareros de Tecomatepec (1953); Viajes de reconocimiento (inédito, 1954); Informe confidencial sobre Nuyoo, Yucuhití, Yosotato y Ocotepec (inédito, 1954); la Cooperativa de Oxchuc, Chiapas (1955); Un nuevo pueblo mazateco (1958); La Sierra Mazateca (1959); Cinco años y un programa: el Centro Coordinador Indigenista de la Sierra Mazateca (1966); Cambio cultural en Huautla de Jiménez, Oaxaca: un Centro Coordinador Indigenista en la Sierra Mazateca (1967); con Carlota Botey: Tlacotepec, Guerrero (1967); Colonización espontánea de Nuevo Cozoltepec (1967); La colonización en Ixcatlán Nuevo (1967); Turícuaro, Michoacán, (1968); Apuntes sobre algunas comunidades mayas de Yucatán (1971); La Colonia Puerto Juárez, Q.R. (1971); La palma y el sombrero de palma (1972); Cuatro puntos sobre política indigenista  (inédito, 1972); Chontales de Tabasco (1973); Una localidad periférica de la Ciudad de México (1975); Relatos del mundo mágico mazateco (1977); Sobre la Palma “Camedor”: localización de una subcultura de recolectores (inédito, 1977); Evaluación en FIDEPAL (1977); Estadísticas FIDEPAL (1978); Magdalena Peñasco, Oaxaca (1980); Figuras en la niebla (1980); Petróleo y ecodesarrollo (1982); Los chontales de Centla: el impacto del proceso de modernización (1985); La producción de objetos de palma (inédito, 1986); Las márgenes del Tabasco chontal (1987); Reflexiones sobre el entorno de las culturas dominantes (1987); Tres modos de educación informal (1988);  Animales fantásticos y más leyendas (1990); Apuntes sobre socialización y actitudes en el sur de México (1992); Chontales de Tabasco (1993); La mesa de plata: cosmogonía y curanderismo entre los mazatecos de Oaxaca (1994); Mayas chontales de Tabasco en 1994 (1994); Navegantes prehispánicos (1994); Apuntes sobre navegación prehispánica en América (1995); Apuntes políticos del indigenismo en México (1996); Cosas, casas y atarrayas: antropología poética de Carlos Incháustegui (1999); con Juan Zapata Novoa y Víctor Zúñiga: La Sociedad Mexicana y sus pueblos indígenas a fines del siglo XX (2000); con Sara Morán, Isabel Baruch y Alberto Hernández: Aplicación de justicia en la Sierra Norte de Puebla (2000); Una cultura para la paz (2000); Mujeres en el siglo XXI (2000);  Alrededor de las discriminaciones (2003); El entorno, el hombre, la enfermedad y la muerte. Notas de campo de etnografía mazateca (2012).

Fernando Benítez conoció a Carlos Incháustegui cuando fue su guía en las diferentes comunidades indígenas y le proporcionó numerosa información que utilizó para los cinco tomos de su libro Los indios de México, publicado en 1967. Lo describió así: En Huautla tuve la fortuna de conocer a Carlos Incháustegui, director del centro indigenista. Peruano de origen y él mismo un mestizo a pesar de su resonante nombre vasco, corpulento, extremadamente miope y más parecido a un robusto cura de pueblo que a un antropólogo, es una rara y endiablada mezcla de erudito y hombre de acción.

Carlos Incháustegui nunca regresó al Perú. Etnólogo de gran compromiso social, preocupado por subsanar las condiciones de vida de las comunidades indígenas donde trabajó, falleció la tarde del miércoles 2 de abril de 2008 en la ciudad de Puebla, a los 84 años de edad y con más de 50 años de ejercer la antropología en México.

              
Carlos Incháustegui en Perú, s/f., credencial de estudiante de la ENAH, 1953, y en su oficina, s/f. Fotografías cortesía de Adriana Incháustegui.

 

Por Alicia Reyes Sánchez

Boletín Alfonso Caso