Imagen del mes - septiembre

El 13 de septiembre de 1910 Porfirio Díaz, presidente de México, Justo Sierra, Director de Instrucción Pública y Leopoldo Batres, Inspector General de Monumentos Arqueológicos, inauguraron el sitio arqueológico de Teotihuacán. A este último, desde 1905, se le había encomendada la exploración de la Pirámide del Sol, la Calzada de los Muertos y algunos de los edificios aledaños, con la idea de incluir el sitio en los festejos del Centenario de la Independencia de México. Ese día también, se inauguró el primer Museo de sitio en nuestro país, precisamente el de Teotihuacán.  

Desde el siglo XVI, Teotihuacán había despertado gran curiosidad entre los españoles. Uno de los primeros que la mencionó fue Bernardino de Sahagún con la Leyenda de los soles, según la cual el Quinto Sol fue creado ahí. Los cronistas Jerónimo de Mendieta en su Historia Eclesiástica Indiana, Juan de Torquemada en su Monarquía Indiana y Francisco Javier Clavijero en su Historia Antigua de México, mencionaron sus estructuras.

Su primera exploración se atribuye a Carlos de Sigüenza y Góngora en 1675, al parecer en la parte superior de la estructura adosada a la Pirámide de la Luna. Para 1865, la Comisión Científica de Pachuca encabezada por Ramón Almaráz, hizo los primeros estudios sistemáticos. Se realizó un levantamiento topográfico y se determinaron las coordenadas geográficas del sitio arqueológico.

En 1917 Manuel Gamio exploró el Templo de Quetzalcóatl, la Ciudadela, la Calzada de los Muertos y la Pirámide del Sol. Diversos personajes como Desiré Charnay, Alfredo Chavero, Antonio García Cubas y William Holmes exploraron e hicieron los primeros registros fotográficos del sitio. Bajo la dirección de Eduardo Noguera, en 1933, se excavó un túnel de 116 m desde el lado oeste de la Pirámide del Sol, continuación del iniciado por Gamio años atrás. Alfonso Caso, en la década de 1940 excavó Tepantitla donde descubrió las pinturas del Tlalocan. Entre 1944 y 1945, Pedro Armillas exploró el Grupo Viking y estableció una cronología cerámica que es la más aproximada al desarrollo de la cultura teotihuacana y su relación con otros sitios. También exploró Atetelco y los datos que obtuvo le sirvieron a Carlos Margáin para estudiar los sistemas constructivos de Teotihuacán.

George Vaillant y Jorge R. Acosta hicieron investigaciones sobre la arquitectura teotihuacana y trataron de establecer una cronología confiable de la ciudad. Laurette Séjourné exploró los conjuntos departamentales de Tetitla, Zacuala y Yayahuala.

En la década de 1960 se realizaron importantes proyectos. Entre 1962 y 1964, Ignacio Bernal excavó la Calzada de los Muertos, la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna. René Millon y su equipo levantaron el plano completo de la ciudad prehispánica, el cual ha servido de referencia para las excavaciones siguientes, mientras que William T. Sanders se enfocó en el estudio de las relaciones entre el campo y la ciudad.

Con su Proyecto Arqueológico Teotihuacán 1980-1982, Rubén Cabrera centró sus trabajos en el Centro Ceremonial (ambos lados de La Calle de los Muertos) y la Ciudadela. Participaron los arqueólogos Saburo Sugiyama, Ana María Jarquín, Manuel González Nogerón y otros, abriendo así grandes áreas para la visita del público. Por su parte, Eduardo Matos Moctezuma, entre 1992-1994, excavó la Pirámide del Sol y fundó el Museo de la Cultura Teotihuacana y el Centro de Estudios Teotihuacanos. Además de los arqueólogos ya mencionados, también han trabajado ahí Verónica Ortega, Jorge Zavala, Alejandro Sarabia, Sergio Gómez y Rogelio Rivero, entre otros.

Y, por supuesto, varios arqueólogos del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM han contribuido con importantes descubrimientos en este sitio. Evelyn Childs Rattray excavó en Tlamimilolpan. Linda Manzanilla, desde la década de 1970, ha desarrollado diversos proyectos como el de Oztoyohualco; entre 1997 y 2021 ejecutó el Proyecto Xalla que incluyó la excavación del conjunto arquitectónico que se encuentra entre las Pirámides del Sol y la Luna, donde ubicó la sede de los poderes políticos de Teotihuacán. Durante la temporada 2002 participaron en el proyecto Leonardo López Luján y William Fash. Manzanilla también ha realizado exploraciones en Teopancazco como parte de su proyecto Ideología y poder en Teotihuacán. Cabe destacar que los proyectos desarrollados por esta ilustre arqueóloga han sido interdisciplinarios, en ellos han participado diferentes especialistas como Emily McClung, Luis Barba, Emilio Ibarra, Diana Martínez y Raúl Valadez, todos del IIA.

La ciudad prehispánica de Teotihuacán, donde los hombres se convertían en dioses, floreció entre 150 a.C. y 650 d.C., tuvo una extensión territorial de 20 km2 con cerca de 125,000 habitantes, es decir, era una gran metrópoli que estaba a la altura de Roma, Constantinopla o Alejandría. Era multiétnica, ya que además de estar habitada por gente de la región, contaba con habitantes procedentes de los actuales estados de Oaxaca, Michoacán, Veracruz, Guerrero, Chiapas, Puebla y Tlaxcala. Estaba organizada en cuatro distritos y cada uno con un emblema particular: el noreste con el jaguar, el noroeste con el águila real, el sureste con la serpiente y el suroeste con el coyote. La hipótesis planteada por Manzanilla es que estaba gobernada por un Consejo formado por cuatro cogobernantes, un representante por cada distrito.

Fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1987.

 

   
Teotihuacán, vista del sitio arqueológico, se aprecia la Avenida de los Muertos y la Pirámide del Sol. S/d.    Carita teotihuacana (s. VII-VIII). S/d. Fondo documental y fotográfico Pedro Bosch-Gimpera.

 

Por Alicia Reyes Sánchez

Boletín Alfonso Caso