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El arquitecto y arqueólogo Ignacio Marquina nació en la Ciudad de México el 4 de mayo de 1888. Fue hijo de Ignacio Marquina y Gamma, ingeniero militar, y Atala Barredo, quienes cultivaban las Bellas Artes, mismas que inculcaron a sus tres hijos. Así Juan, el hijo mayor, se desempeñó como fotógrafo en Hollywood, Luisa pintaba y bordaba con gran refinamiento, mientras que Ignacio se inclinó por la arquitectura y el dibujo, además de cantar con voz de tenor y tocar el piano con gran destreza. Niño precoz, ingresó a los cuatro años a estudiar la primaria en el Colegio Soriano en Tacubaya y cursó la preparatoria en San Ildefonso. Mientras definía su vocación, estudió pintura, escultura y arquitectura en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, donde se tituló como arquitecto el 14 de agosto de 1913.

Sentía admiración por las estructuras constructivas y estilos de la arquitectura prehispánica, misma que se reforzó al reencontrarse con Manuel Gamio, ya se habían conocido en la preparatoria, cuando éste excavaba en el Templo Mayor en 1915. Comenzó a trabajar con Gamio en la Dirección de Antropología de la Secretaría de Agricultura y Fomento, y para 1917 se incorporó al proyecto interdisciplinario del valle de Teotihuacan, dirigido por aquél. Exploró la Ciudadela y dejó expuesta la parte frontal del Templo de Quetzalcóatl para ser visitada.

A principios de la década de 1930 incursionó en la zona maya. Hizo excavaciones en Uxmal y Chichén Itzá. Asimismo, en 1932, con el descubrimiento de la Tumba 7 de Monte Albán, apoyó a Alfonso Caso. Entre 1934 y 1935 participó en Tenayuca, lo cual le sirvió para contrastar arquitecturas. Fue director del proyecto arqueológico de Cholula de 1966 a 1971, cuya pirámide fue explorada por Jorge R. Acosta, Ponciano Salazar y Eduardo Contreras, mientras que los enterramientos humanos encontrados fueron estudiados por Sergio López, Zaid Lagunas y Carlos Serrano, antropólogos físicos. Por su trayectoria arqueológica, la Secretaría de Educación Pública le expidió el título de arqueólogo en 1948. 

Recién titulado en 1913, inició su carrera docente impartiendo la materia de composición arquitectónica en la Escuela de Arquitectura de la UNAM y en la Academia Nacional de Bellas Artes. Aquella casa de estudios lo comisionó para estudiar la organización y funcionamiento de la enseñanza de la arquitectura de la Universidad de Columbia en Estados Unidos, en 1928. También se desempeñó como profesor titular de arquitectura prehispánica en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

Desempeñó diversos puestos públicos. Durante el año de 1934-1935, el Instituto Panamericano de Geografía e Historia lo comisionó para estudiar conservación de sitios históricos y de belleza natural en Washington. Fue consejero de Alfonso Caso durante su gestión al frente del Instituto Nacional Indigenista. Fue Director de Monumentos Prehispánicos del INAH, y de 1947 a 1956 fue el director general de esta importante institución. Este último año se jubiló de la Secretaría de Educación Pública y aceptó la Secretaría General del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, misma que ocupó hasta 1965. Fue Presidente de la Comisión de Planeación e Instalación del Nuevo Museo Nacional de Antropología hasta 1964. Ya desde 1962 lo habían invitado a participar en la construcción del ala norte y la sala Mexica

Pero al arquitecto Marquina no sólo le interesó la arquitectura prehispánica, también incursionó en la arquitectura habitacional cubriendo diversos estilos. Construyó el conjunto habitacional de las calles de Sonora, en la colonia Condesa de la Ciudad de México. En 1924 se asoció con el arquitecto Salvador Vértiz Hornedo e instalaron un despacho, con el cual construyeron numerosas casas de familias acomodadas en las colonias Roma, Juárez y Lomas. En el centro de la ciudad construyeron una sección de El Puerto de Liverpool, de Al Puerto de Veracruz, y del Pasaje América, entre otros. Al fallecer el arquitecto Vértiz, en 1970, Marquina quitó el despacho. Su última construcción fue su propia casa en la colonia Insurgentes Mixcoac.

Entre sus numerosas publicaciones están: La población del valle de Teotihuacán (1922); Estudio arquitectónico comparativo de los monumentos arqueológicos de México (1928); City planning by ancient maya (1930); Estudio comparativo de los principales edificios prehispánicos de México (1931); Exploraciones en la pirámide de Cholula, Puebla (1939); Relaciones entre los monumentos del norte de Yucatán y los del centro de México (1941); Arquitectura prehispánica (1951); Palenque, nuevos descubrimientos (1952); El Templo Mayor de Tenochtitlan (1953); El Templo Mayor de México (1960); Proyecto Cholula (1970); La arquitectura teotihuacana (1970), entre muchas otras.

Su trayectoria fue reconocida tanto a nivel nacional como internacionalmente. La UNAM le otorgó el doctorado honoris causa en 1952. Francia lo nombró Caballero de la Legión de Honor, y Oficial de la Academia de Francia, y Suecia Comendador de la Orden de la Estrella Polar.

Ignacio Marquina, arquitecto y arqueólogo, falleció a los 93 años de edad en la Ciudad de México el 17 de mayo de 1981 y fue honrado en el Museo Nacional de Antropología e Historia.

 

      
Izquierda: Alfonso Caso, José Reygadas e Ignacio Marquina, frente a la Plataforma norte de Monte Albán, Oaxaca. Fotografía de Roberto A. Turnbull, 1932.  Derecha: El Templo Mayor de México-Tenochtitlán. Dibujo de Ignacio Marquina. INAH, enero 1958. Ambas fotografías proceden del Fondo documental Alfonso Caso.

Por Alicia Reyes Sánchez

Boletín Alfonso Caso