Imagen del mes - febrero
- Detalles
- Categoría: Fondos documentales Alfonso Caso
- Publicado: Viernes, 14 Febrero 2025 00:00
El arqueólogo, historiador y diplomático Ignacio Bernal y García Pimentel nació en París el 13 de febrero de 1910, del matrimonio formado por Rafael Bernal Bernal y Rafaela García Pimentel, hija del historiador Luis García Pimentel y nieta del historiador y bibliógrafo Joaquín García Icazbalceta. Ignacio tuvo como hermano al escritor Rafael Bernal, autor del libro El Complot Mongol. Se casó con Sofía Verea y tuvieron 4 hijos: Rafaela, Concha, Carlos e Ignacio.
Hizo sus primeros estudios en el Colegio Franco Inglés de la Ciudad de México y en el Loyola College en Montreal. Estudió Jurisprudencia en la Escuela Libre de Derecho de la Ciudad de México y durante algún tiempo se dedicó a los negocios. Ahí tuvo como maestro a Alfonso Caso quien lo puso en contacto con la historia prehispánica y lo invitó a Monte Albán. Esto reorientó su interés hacia la arqueología y se inscribió en la Escuela de Antropología en 1943. Ahí tuvo como profesores, además de Caso a Paul Kirchhoff, Miguel Covarrubias, Eduardo Noguera, Pedro Bosch-Gimpera, Pablo Martínez del Río, Silvio Zavala, entre otros antropólogos de relevante trayectoria. Para 1949 obtuvo la Maestría en Ciencias Antropológicas con la tesis La cerámica preclásica de Monte Albán y en 1950 el Doctorado en Letras, ambos grados por la UNAM. En 1975 obtuvo la Maestría en Artes por la Universidad de Cambridge, Inglaterra.
Sus investigaciones se centraron en el desarrollo de las culturas zapoteca y mixteca, desde periodos tempranos hasta el postclásico. Incluso antes de ingresar a la ENAH, colaboró con Alfonso Caso en Monte Albán en tres temporadas de campo (1941-1942, 1942-1943 y 1943-1944). Posteriormente, recorrió la cuenca del río Balsas en Guerrero y Michoacán en 1944; San Marcos, Colima en 1945 y Acapulco, Guerrero en 1947. Sin embargo, para el siguiente año regresó a Oaxaca para iniciar excavaciones en la Mixteca Alta: Coixtlahuaca (1948); Inguiteria (1948) y Yatachio en las afueras de Tamazulapan (1952). En los Valles Centrales de Oaxaca identificó más de 300 sitios arqueológicos: Macuilxóchtil (1953); Tumba 172 de Monte Albán (1953); Cuilapan (1954); Noriega (1956); Yagul (1954-1955, 1958-1959, 1961-1962); San Luis Beltrán (1957), Mitla (1961); Dainzú (1966-1972). En el período de 1962 a 1964 se encargó de la dirección del proyecto de excavación y restauración de Teotihuacán, en donde aplicó la arqueología nacionalista y monumental con la idea de hacerlo un atractivo turístico. Fue él quien le dio la imagen que hasta la fecha podemos apreciar.
Supo combinar su labor arqueológica con su activismo político cultural. Fue director del Departamento de Antropología en el Mexico City College, actual Universidad de las Américas, donde también se desempeñó como profesor (1948-1959); fue secretario general del Instituto Nacional de Antropología e Historia entre 1954 y 1955 y director de Cooperación Intelectual de la Secretaría de Educación Pública este último año. En 1955 partió a Francia como consejero cultural de la embajada de México y como delegado de nuestro país ante la UNESCO hasta 1956. De regreso a México fue nombrado director de Monumentos Prehispánicos del INAH (1956-1958); subdirector general de ese Instituto entre 1958 y 1968 y a partir de este último año y hasta 1971 fue su director general, periodo en el cual fundó el Consejo de Arqueología del INAH (1970). Al mismo tiempo se encargaba de la dirección del Museo Nacional de Antropología (1962-1968 y 1970-1975), así como de la presidencia de la Comisión de Monumentos del INAH (1968-1971).
En 1979 fue contratado como investigador visitante por Jaime Litvak, primer director del recién creado Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, y quien tenía como uno de sus propósitos contratar a antropólogos de relevante trayectoria para que fungieran como asesores de los jóvenes científicos que estaban formando la planta académica de ese Instituto. También ingresaron otros renombrados antropólogos como Ada D’Aloja, Johanna Faulhaber, Barbro Dahlgren, Antonio Pompa y Pompa y Alfonso Villa Rojas. Don Ignacio laboró hasta 1982 en el IIA.
Además de sus múltiples ocupaciones como arqueólogo, funcionario, escritor, también encontró tiempo para impartir sus conocimientos. Fue profesor de la UNAM de 1948 a 1972; Profesor huésped de la Universidad de Texas (1954); de la Universidad de París (1955-1956); de la Universidad de Puerto Rico (1957), de la Universidad de Miami (1958), de la Universidad de California (1958), entre otros importantes centros educativos.
Recibió numerosos reconocimientos como la Legión de Honor de Francia (1964); Comendador de la Orden del Mérito en Italia (1964); Diploma de Honor de la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México; el doctorado Honoris Causa por la Universidad de las Américas (1967), por la Universidad de California en Berkeley (1969), por la St. Mary’s University de San Antonio, Texas en 1970. Obtuvo el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía (1969); reconocimiento al Mérito Universitario por 25 años de docente de la UNAM (1972); Comandante Honorario de la Royal Victorian Order de Reino Unido (1975), entre muchos otros.
Fue miembro de numerosas asociaciones académicas, entre ellas de la Academia Mexicana de la Historia (1963); de El Colegio Nacional (1972); de la Academia Mexicana de la Lengua (1974); de la Asociación Mexicana de Antropólogos Profesionales, actual Colegio Mexicano de Antropólogos; Society for American Archaeology; Royal Anthropological Society of Great Britain and Ireland; The New York Academy of Sciences y The American Academy of Arts and Sciences (1980); socio vitalicio del Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales (1988).
Tuvo una nutrida producción bibliográfica, aquí algunos títulos de sus obras: La cerámica preclásica de Monte Albán (1946); Los calendarios de Durán (1947); Exploraciones en Coixtlahuaca (1948-1949); La cerámica de Monte Albán IIIa (1949); Compendio de arte mesoamericano (1950); El complejo Q visto desde Monte Albán, Mesoamérica (1950); Distribución geográfica de las culturas de Monte Albán (1950); Nuevos descubrimientos en Acapulco (1951); “Caso en Monte Albán”. En homenaje a Alfonso Caso (1951); La obra arqueológica de Alfonso Caso (1951); Cien años de arqueología mexicana (1952); La arqueología mexicana de 1880 a la fecha (1952); Introducción a la Arqueología (1952); Urnas en Oaxaca (colaboración con Alfonso Caso, 1952); Mesoamérica (1953); Remarks on the origin of Mesoamerican civilization (1955); Origin of mesoamerican civilization (1955); Exploraciones en Cuilapan de Guerrero (1958); L’Architecture de Monte Albán (1958); Monte Albán and the Zapotecs o archaeology of the Mixteca (1958); Tenochtitlán en una isla (1959); Bibliografía en arqueología y etnografía. Mesoamérica y norte de México (1962), “Messico” en la Enciclopedia Universal del Arte (1962); Fuentes y arqueología (1962); Teotihuacan, descubrimientos, reconstrucción (1963); Mexican Art (1964); Archaeological Synthesis of Oaxaca (1965); El Estado teotihuacano (1965); “México Tenochtitlan” en Cities of Destiny (1967); La cerámica de Monte Albán (en colaboración con Alfonso Caso y Jorge Acosta, 1967), El mundo olmeca (1968), Ancient Mexico in Colour (1968); Cien Obras Maestras del Museo Nacional de Antropología e Historia (1969); Arte precolombino de la América Central (en colaboración con Paul Gendrop, 1971); Yagul: el palacio de los seis patios (con Lorenzo Gamio, 1974); Los bajos relieves en el Museo de Arte Zapoteco de Mitla (1974); Antico Messico. Storia de la cultura nel mondo (1979), Historia de la arqueología en México (1979), e History of Archaeology in Mexico (1980). Los arqueólogos de Tenochtitlán (1981); Patriotismo y viejas piedras (1984); Exploraciones arqueológicas en Dainzú, Oaxaca (con Arturo Oliveros, 1988).
Don Ignacio Bernal falleció en la Ciudad de México el 24 de enero de 1992, a pocos días de cumplir los 82 años de edad.
![]() |
![]() |
Ignacio Bernal, s/d, y conversando con Juan Comas el 26 de noviembre de 1971. Fondo documental y fotográfico Juan Comas.
Por Alicia Reyes Sánchez