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- Categoría: Fondos documentales Alfonso Caso
- Publicado: Viernes, 16 Mayo 2025 08:51
El abogado y arqueólogo Julio César Olivé Negrete nació el 15 de mayo de 1914 en la ciudad de México. Fue hijo del matrimonio formado por el abogado tabasqueño Isaac Olivé Sánchez y de Carmen Negrete Cueto, natural de Yautepec, Morelos. El abogado Olivé participó en la Revolución Mexicana formando parte de las fuerzas constitucionalistas, asimismo militó en el Partido Nacional Cooperativista y estuvo en contra de los Tratados de Bucareli. Al ser derrotado el movimiento de su partido debió salir del país. Aunque Julio César no creció junto a su padre, su reencuentro lo definió para estudiar Derecho, así como para intervenir en diferentes movimientos sociales desde muy joven. Entre ellos, participó en la formación de la Federación de Estudiantes de Secundaria durante la huelga estudiantil para conseguir la autonomía universitaria en 1929; en la Escuela Nacional Preparatoria representó a los alumnos de ciencias sociales ante la Academia Mixta de Profesores y Alumnos. Además participó en la creación de la Unión de Estudiantes, Obreros y Campesinos; en la creación de las Juventudes Sociales Unificadas de México y en la Unión Nacional de Canteros. Ingresó a la Facultad de Derecho en 1933 y para sostener sus estudios trabajó como escribiente en el Juzgado Segundo del Registro Civil, posteriormente se cambió al Juzgado Decimotercero de lo Civil. En 1939 defendió su tesis El derecho político y la lucha de clases por la cual recibió su título de abogado.
Fue presidente de grupo en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, en donde debía atender los conflictos relacionados con la industria eléctrica, la telefónica, la cinematográfica, y de la radio-televisión. Fue secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría del Trabajo y fue miembro del Consejo de la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado (1940-1942). Participó en la defensa del Estatuto Jurídico de los Trabajadores al Servicio de los Poderes de la Unión, cuando el presidente Ávila Camacho intentó derogarlo. Participó en la fundación del Partido Obrero y Campesino; del Partido Popular junto con Vicente Lombardo Toledano y Narciso Bassols. Ayudó a organizar la Alianza de Sindicatos Industriales y la Confederación Única de Trabajadores posterior Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos.
Cada vez más interesado por los problemas económicos y sociales de la sociedad mexicana, decidió ingresar a la Escuela Nacional de Antropología e Historia para aprender lenguas y así acercarse a los problemas indígenas. En un principio cursó algunas materias de lingüística pero después decidió estudiar formalmente la carrera de arqueología (1951) y hacer estudios de etnología. En 1958 presentó su tesis Estructura y dinámica de Mesoamérica, con la cual obtuvo cum laude y recomendación para su publicación. Como estudiante de la ENAH participó en la reorganización de la Sociedad de Alumnos de la cual fue presidente durante 1949 y 1952; también fue presidente del Consejo de Vigilancia de 1953 a 1955; co-fundador y gerente del Boletín de la Sociedad de Alumnos, Tlatoani, de 1952 a 1955; director del Comité Editorial de la Revista Acta Anthropológica. Participó en la elaboración del Reglamento de la ENAH aprobado en 1958 por la SEP. Fue presidente de la mesa directiva de la Asociación Mexicana de Antropólogos Profesionales hasta 1976 cuando éste se convirtió en el Colegio Mexicano de Antropólogos.
En 1955 ya formaba parte de la planta académica del INAH, aunque no era reconocida como tal. Junto con otros arqueólogos como Beatriz Barba, Roberto Gallegos, Moisés Romero, Johanna Faulhaber y Jorge A. Vivó, participó en el movimiento para integrarse a la Delegación 69 de la Sección X del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y ser reconocidos como académicos con quehacer de investigación antropológica y que les aumentaran los salarios.
A pesar de sus múltiples ocupaciones sindicales, no descuidó sus actividades académicas, y junto con Beatriz Barba, con quien hizo equipo en muchas ocasiones, cuestionaron el concepto de Mesoamérica propuesto por Kirchhoff, aplicado a la arqueología. También plantearon la hipótesis de una revolución social que explicaría la desintegración de las culturas clásicas prehispánicas. Apoyado en el enfoque marxista propuesto por Childe y en los conceptos neoevolucionistas de Julian Steward, Philip Phillips y Gordon Willey criticó la teoría arqueológica general así como la aplicada en México. Pretendía precisar los conceptos y categorías arqueológicas y establecer etapas homotaxiales en el desarrollo de las culturas prehispánicas, con la finalidad de sustituir el concepto de horizonte y poder definir los cambios económicos y sociales que permitieran profundizar en los orígenes de la civilización y del Estado en el México Antiguo. También objetó los criterios del materialismo ecologista y propuso aprovechar los conceptos básicos de Marx, pero actualizados: el modo de producción y la formación económica-social, con el fin de diferenciar las etapas de evolución y cambio en las culturas prehispánicas.
En 1962, junto con Beatriz Barba, fue comisionado por el Comité de planeación e instalación del nuevo Museo Nacional de Antropología para planear e instalar la sala de Introducción a la Antropología. Se asesoraron con Mauricio Swadesh, Javier Romero y Santiago Genovés. Después de su inauguración en 1964, volvieron a recibir la encomienda de fundar un Museo Internacional de Antropología en la antigua sede del de arqueología, en la calle de Moneda. Olivé y Barba se apoyaron en Bárbara Dahlgren, Angelina Macías, Jorge Canseco, Yólotl González, Francisco González Rul, María Teresa Sepúlveda y con el asesoramiento de Pedro Bosch-Gimpera quedó instalado el Museo Nacional de las Culturas, inaugurado el 4 de diciembre de 1965. Olivé fue nombrado su director y Barba subdirectora, puestos que ocuparon durante trece años y en los cuales instalaron 23 salas permanentes con contenido arqueológico, etnográfico e histórico.
Estudió el Doctorado en Antropología en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM durante el período de 1963 a 1968, y para 1980, ya libre de su cargo como director del Museo, presentó la tesis: Praxis de la antropología mexicana: contexto socioeconómico y marco jurídico, por la cual recibió mención honorífica y recomendación de publicación. Su asesor fue Jaime Litvak King.
Desde 1958 comenzó su actividad docente en la ENAH, donde impartió clase sobre los siguientes temas: economía política, sociología general, problemas sociales y económicos de México, antropología económica, economía de Mesoamérica, formación social mexicana. Además dictó numerosas conferencias tanto de manera presencial como por radio y televisión, en las cuales abordó diferentes tópicos como etnografía de América, culturas de Mesopotamia, China, Japón e Israel, revolución urbana, el Museo Nacional de las Culturas, política indigenista, etc.
Tuvo una nutrida producción editorial. Artículos: Algunos aspectos de la política obrera en México (1947); La importancia de la conciliación bipartita como método de resolución de los conflictos obreros patronales en Petróleos Mexicanos (1950); El Museo Nacional (1952); Obligación del gobierno de Guatemala de respetar el asilo concedido por México a los perseguidos políticos (1954). En 1975: El arte indígena de Norteamérica; Mesopotamia; Etnología de Norte y Centroamérica; Antropología aplicada y política indigenista. El arte japonés (1976); Desarrollo histórico del concepto del trabajo en las culturas indígenas de México (1977); Las relaciones de trabajo en la sociedad mexica (1982); Estado, formación socioeconómica y periodificación de Mesoamérica (1985); Antropología (1987); Presencia de Vere Gordon Childe en la arqueología mexicana (1989). Libros: La lucha de clases y el derecho político (1939); Estructura y dinámica de Mesoamérica: ensayo sobre sus problemas conceptuales, integrativos y evolutivos (1958); La antropología mexicana (1981); INAH, una historia (1988). Capítulos en libros: Reseña histórica del pensamiento legal sobre arqueología (1980); Estado, formación socioeconómica y periodificación de Mesoamérica (1985); Patrimonio cultural de México (1988). Con Beatriz Barba de Piña Chan: Sobre la desintegración de las culturas clásicas (1957); El ejercicio profesional de la antropología (1960); Estudio de las clases sociales de la ciudad de México (1961); La antropología mexicana y los movimientos sociales (1962); La sala de introducción a la antropología del nuevo Museo Nacional de Antropología (1964); Museo de las Culturas (1965).
Recibió numerosos reconocimientos: Diploma del Gobierno y del Museo de la Prefectura de Miyazaki, Japón (1973); Diplomas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (1975); Medalla del Museo del Pueblo de Praga (1977); Diploma del Museo Nacional de las Culturas por su fundación y labor desarrollada como su primer director (1982); Reconocimiento por la labor de creación, consolidación y superación del Colegio Mexicano de Antropólogos, A.C. (1985); Investigador Nacional por el Sistema Nacional de Investigadores (1985).
Julio César Olivé Negrete se casó con Rosa Morett Sánchez con quien procreó cinco hijos: Rosa Victoria, Julio César, Alejandro Lenin, Carmen Minerva y León Rogelio. Después de una larga y productiva vida falleció en el Distrito Federal el 21 de noviembre de 2008, a los 94 años de edad.
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Julio César Olivé Negrete en Bangkok, Tailandia, 1981. Fondo documental Juan Comas.
Por Alicia Reyes Sánchez